El auge de las nuevas tecnologías nos mantiene cada vez más pegados a las pantallas. Pero, a la vez, modifica considerablemente nuestros hábitos y nuestras formas de consumo.
Hoy, podemos disfrutar de todos los contenidos que nos interesan en cualquier momento y lugar, desde diferentes tipos de dispositivos y de pantallas. Por eso, se tiende a pensar que los formatos anteriores, como el papel, han quedado en la nada. Pero ¿realmente es así?
Los jóvenes, la literatura y los dispositivos tecnológicos
En general, se tiende a pensar que los formatos considerados “viejos”, siguen quedando en manos de las personas mayores, especialmente de las que no son en absoluto nativas digitales. Por esto, se tiende a centrar en el ojo del consumo digital a los más jóvenes, fundamentalmente a los adolescentes. Sin embargo, no es cierto que los jóvenes prefieren la tecnología para todo.
Siempre se dijo que Netflix reemplazaría al cine, que la computadora a la televisión y que el Internet y el PDF al libro en papel. Pero los gustos de las personas en la forma de llevar a cabo sus consumos culturales se alejan de esto.
En estudios realizados sobre adolescentes de entre 15 y 18 años aproximadamente, se demostró que 8 de cada 10 jóvenes prefieren la lectura en papel. Algo completamente distinto de lo que podría pensarse. Además, está surgiendo una fuerte generación de jóvenes ansiosos por la literatura, que están representando un sector mayoritario en el consumo de este tipo de obras.
En muchos de los casos estudiados, la opción por el papel se adquiere desde la escuela. Si bien es cierto que la escuela también se actualiza en función de las nuevas tecnologías, el papel sigue siendo el formato predominante. Esto se debe no sólo a las preferencias de los propios jóvenes por la lectura en papel, sino también a la accesibilidad universal del mismo - que no requiere de conocimientos o accesos tecnológicos - y la facilidad de aprendizaje sobre ese formato.
Por esto, hoy el papel continúa siendo la opción predilecta de lectura de los jóvenes que están inmersos en el mundo de la literatura.